09:50 A.M.
Puerto Rico. - Su canción de Cumpleaños feliz se vio interrumpida por las ráfagas de disparos incesantes que empañaron la celebración de su décimo año de vida.
Lo que debió ser una de las noches más felices de Yaire Camacho Berríos quedará marcada en su memoria como la fecha en la que fueron asesinadas su madre y su tía, y en la que perdió su dentadura, ya que una bala le deformó el rostro, cruzándole de mejilla a mejilla, tras provocarle una fractura maxilar.
La novena masacre de 2011 se escenificó el domingo a las 7:40 p.m. en la calle 2, frente al parque de pelota de la urbanización Jaime C. Rodríguez, en Yabucoa, donde se llevaba a cabo un torneo de sóftbol para recaudar fondos para el paciente José M. Ortiz, quien necesita un trasplante de hígado.
Aunque en el parque dominaba la euforia de los cientos de personas que estaban aglomeradas en la instalación y sus alrededores, donde se vendían refrigerios y frituras para la recaudación de fondos, cuando faltaban 45 minutos para que terminara el torneo se comenzaron a sentir aires de tensión en la calle 2.
La familia conocida como “Los Berti” decidió irse del torneo y ubicarse a media cuadra, debajo de un árbol de mangó, para cantarle Cumpleaños feliz a Yaire y compartir un bizcocho, pero la ráfaga de detonaciones los hizo lanzarse al suelo.
Los sicarios, que viajaban a bordo de un auto Toyota Yaris, abrieron fuego indiscriminadamente contra el grupo, alcanzando a los hermanos de Yarelis Berríos Andino, de 31 años, Yeisa, de 27, y Josué, de 28, apodado “el Mono”; a la hija de Yarelis, Yaire Camacho Berríos, de 10 años; Jesús Aponte Eliza, de 19, y Orlando Meléndez Crucett, de 26, éste último vecino de Juncos.
Los gatilleros intentaron huir por la calle principal hacia la PR-900, pero estaba cerrada debido a la actividad, por lo que giraron hacia la izquierda, hacia la calle 2, donde también se encontraron atrapados.
Sus rivales corrieron hacia el auto y sacaron a uno de sus pasajeros, Esteban Ayala Pérez, alias “Pirito”, de 24 años, y le dispararon a quemarropa tras quitarle una máscara de tela negra. Uno de los gatilleros heridos huyó del lugar, pero ya fue identificado por las autoridades, quienes intentaban localizarlo.
Yeisa murió en el hospital Ryder de Humacao dos horas después de la balacera, y su hermana poco antes de las 4:00 de la madrugada, en el Centro Médico de Río Piedras.
Gloria Andino, madre de las hermanas muertas, del herido de más gravedad y abuela de Yaire, no paraba de llorar en la sala de espera del área de cirugía del Centro Médico.
“De verdad no se qué pasó, por qué ese asesino venía disparando desde allá abajo (calle principal) y ellos estaban en una esquina, por qué no dispararon directamente a ellos, pero siguieron disparando a lo loco sin importar que hubiesen niños, no sé por qué, porque hasta enmascarados estaban. No fueron directamente a ellos”, insistió llorosa la mujer, que hace ocho años enviudó luego que su marido fuese apuñalado.
Narró que la nena tuvo que arrastrarse, buscando refugio de las balas.
“Josué la empujó (a su pareja) cuando empezaron los tiros, y después cayó encima de ella. Yarelis cayó primero, la nena siguió arrastrándose hasta que cayó al lado de donde estaba Jesús”, recordó, afligida, luego de contar que aunque no fue a la actividad, ocho minutos antes de la tragedia llamó a Yarelis y ésta le dijo que todo estaba bien, que regresaría pronto a su casa y “al ratito se oyeron los tiros, porque es cerquita de casa. Ahí pues, llamó, y el papá de Yaire me dice: ‘Me hirieron a la nena y a Yari y los demás’. Pero él no me decía más que de la nena”, agregó.
Juan Soto, sonidista de la actividad, narró que se presintió un ambiente extraño antes de que terminara el torneo.
“La familia estaba participando, dialogando y que se yo qué, y entonces el ambiente se pone un poco pesado y entonces, ellos se van a celebrar el cumpleaños de la nena; estaban compartiendo en familia y ahí es que el carro viene, saca, le tiran y salen a la huida. El carro no sabe cómo salir más, se le fueron detrás, lo sacaron del carro y le dispararon”, comentó Soto.
El objetivo del crimen pudo haber sido Josué, pero el motivo no ha sido establecido.
“Hay muchas versiones, de momento siguen surgiendo, en cuanto a lo que pudo haber causado esto, problemas familiares, trasiego de drogas, disputas entre dos familias”, indicó el comandante Miguel Velázquez, jefe de la rama investigativa de la región de Humacao.
Nydia Ortiz, organizadora de la actividad, dijo que su padre está traumatizado.
“Está nervioso, triste. La situación en este país está en crisis pero jamás uno va a pensar que le toca a uno”, agregó Ortiz, aún nerviosa.
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